This site uses cookies. By continuing to browse the site, you are agreeing to our use of cookies. More information about cookies is available in our privacy policy Got it
Cuando una persona padece una afección interna que no puede detectarse mediante un examen de consultorio tradicional, es necesario realizar un estudio de imágenes por resonancia magnética (IRM o MRI en inglés). Para realizar una MRI, el paciente debe recostarse en una plataforma retráctil que se introduce en el centro de una máquina (tubo). Una vez dentro de la máquina, se explora al paciente con uno de los varios imanes magnéticos que emiten ondas de radio en la zona específica que se examinará. Esto crea un campo magnético en el centro del tubo. Hay miles de millones de átomos de hidrógeno en el cuerpo, que rotan sobre su eje natural. Como respuesta a la corriente magnética, los átomos se alinean con el campo magnético, como una brújula, y giran sobre un nuevo eje. Cuando se interrumpe la fuerza magnética, los átomos retoman su alineación natural. Al relajarse, emiten energía y actúan como pequeños radiotransmisores. Los diversos tejidos liberan diferentes niveles de energía, y la computadora reconoce los diferentes pulsos. La diferencia de energía está determinada por el tiempo de realineamiento de los átomos. Los tejidos más densos tardan más en realinearse que los tejidos blandos. De esta manera, cuando la computadora capta y analiza los diferentes niveles de energía, crea una imagen que muestra las zonas densas en blanco y las zonas menos densas en negro. Mediante este procedimiento, la imagen por resonancia magnética muestra órganos, tendones, ligamentos, etc. Este estudio con tecnología MRI es posible únicamente gracias al número de átomos de hidrógeno del cuerpo.
Duration: 02:04
Published: 20/01/2016
Blausen Medical
Scientific and Medical Animations
Copyright ©2021 ALL RIGHTS RESERVED
Disclaimer
Privacy Policy
Stay connected with all of the latest
on your favorite social media platform.